miércoles, 14 de abril de 2010

Vamos a ver.

Humo. Es todo lo que respiro. El aire hace mucho rato que se acabó y ya no hay nadie que me lo dé.
En realidad, debe haber una ventana cerca, sí, pero es que, por no tener, ya no tengo ni luz para buscarla. Está todo tan a oscuras...
No me gustan las certezas, porque ¿acaso la tengo sobre algo?, ni tampoco las premoniciones. Pero éstas sí que a menudo tienden a cumplirse y por eso temo cuando se me 'manifiestan'.
Se me acelera de repente un montón la respiración, como si fuera a toda velocidad por una rampa preciosa llena de hierba alta y verde en un atardecer, como si fuera feliz.
Sólo me pasa dos veces por semana, calculo.
Coincidencia.
La sorpresa es la acción o efecto de sorprender. Y yo no voy a sorprenderte. Pero te voy a dar (o quizá, al menos, podría) algo mucho mejor y mucho más increíble.
Déjame tiempo. Que queda poco. Y lo tengo todo muy incalculado.

1 comentario:

rottenclementine dijo...

Juan se fue a la cama y apagó sus velitas.

-ulkanglo-