domingo, 14 de febrero de 2010

Colisión frontal.

El momento en el que me di cuenta de que ya no nos conocías fue verdaderamente revelador.
Podría haber contado hasta cien, y quedarme corta, intentando sumar las veces que he creído que habías perdido el alma por el camino y no te habías dado la vuelta para buscarla.
A veces las palabras duelen, las sílabas hacen sangrar y las letras se agarran a la tinta para intentar evitar ser dichas.
Siempre he sido de las que se arrepiente de lo que no hace.
Vamos a pensar en esos momentos en los que (aún) éramos felices.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y cuando nos cansemos de tanta autocompasion, mirar hacia adelante y pensar en el tiempo que perdimos creyendo en los demas.
Palabra a verificar: Maimpo.