martes, 20 de abril de 2010

El día que aprendes.


Hay cosas que no consigues aprender nunca del todo. Como las palabras. Nadie conoce todas las que existen, ni aspira a ello.

Eso es bonito porque, aunque en el caso de que nos diera por memorizar un diccionario de la A a la Z, siempre quedarían palabras por formar. Aunque sólo fueran de ésas que se inventan dos amigas para denominar al chico que le gusta a una de ellas, o a la idiota que se sienta al lado en clase y que huele mal.


Otras, no se trata de aprenderlas, sino de asumirlas. Asumir que cada persona tiene una vida, y que por muy unida que esté a la tuya, es diferente. Que hoy es hoy, pero que es distinto de ahora mismo, y que no podemos asegurar que estamos vivos porque en el tiempo que tardamos en pronunciar ese puñado de sílabas podemos morir.


Lo malo de esto no es que la gente cambie, que se vaya, y que nos duela.

Sin duda, el problema es cuando llega el momento en el que ya no echamos de menos.

Es ése, precisamente, mi miedo.

Miedo a no querer. A cambiar de idea.


Sé que lo positivo, muchas veces, o lo recomendable, otras (no sé si es lo mismo en este cas la primera palabra que la segunda), es evolucionar. Aunque para ello tengamos que renunciar a algo.


Yo renuncio a renunciar. Ya dije que era un verbo que no me gustaba nada.

Y menos me gusta la necesidad de renunciar a algo porque, ante una disyuntiva, cualquier opción implique el rechazo a algo que quiero tanto. Tanto como tú (y 'tú' son muchos, en este caso).


Alguien muy, muy sabio, me dijo agarrándome todo lo fuerte que pudo aquella noche que me agarrara fuerte a lo que merecía la pena.

Lo pienso atar con la sexta no cuerda de mi media guitarra.


Siempre he tenido miedo al olvido, aunque no sea miedo, en realidad. 'Que no se olvide de mí' ha sido la frase que, posiblemente, más quebraderos de cabeza pueda acarrear a alguien como yo.

Y si pienso en ésa, y no en su versión 'no quiero olvidarme de...' es porque sé que soy INCAPAZ de olvidarme de ti, de ti, o de ti.


No podría ni aunque quisiera. Pero es que tampoco quiero.

Cómo os quiero querer, y no querer, y querer más, y menos, y que todo sea tan estupendo como en los cuentos que alguna vez creo que me llegué a creer.

1 comentario:

rottenclementine dijo...

Ay, que escribiría tantas cosas, que solo voy a escribir una, que me ha impactado especialmente porque justo estoy hablando de ello con alguien y T__T
Lo de morirnos. No yo, en este caso, sino que se me muera alguien.

Ay.
Qué pupa.

-masenm-