sábado, 11 de febrero de 2012

Tercer movimiento: The restless heart.

Posible fenómeno de coherencia cuántica.

Seguramente, la palabra más triste del mundo, por todo lo que conlleva, sea 'compasión'.
Ese término no existe, en realidad: quien está mejor que tú lo usará por pena. Y quien esté peor, no se acordará de que existe.

La compasión es un fenómeno transitorio. Como el odio, o el amor.
Puedes creer firmemente en cualquiera de los tres conceptos o puedes acabar como yo, escribiendo borracha en la cama: la situación es la misma. En el castellano hay palabras tan intangibles como inexplicables en la vida práctica.

¿Sabes qué? No perteneces a ninguna canción que yo haya escuchado nunca, seguramente no recuerde cómo caminas, y me resulta verdaderamente complicado el elaborar una frase que me recuerde solamente a ti.

Pero, según tengo entendido, puedo describirte en dos líneas mejor que cualquier otra persona del planeta que yo conozca. Lo que me hace resultar entrañable para el resto y soberanamente imbécil para mí.

En cualquier caso, eres la única persona cuyo olor no me recuerda a nadie. A nadie más que a ti.
No. Eso es mentira. Pero tu olor me gusta más que el resto de olores inconfundibles. Como el del café recién hecho.

¿Eso también es importante, verdad?

1 comentario:

bubiinga dijo...

No mientas, siempre hay una canción para cada persona, aunque no sea lo suficientemente especial.

Aunque una cosa es cierta: lo del olor. Y es probablemente el más terrible de todos los recuerdos.