lunes, 25 de octubre de 2010

Fue bonito, mientras no duró.

A veces parece como si tuviera todo el tiempo del mundo para reír, y sonreír (que no es lo mismo) y querer mucho lo que no tengo y lo que no sé si podré tener. Y no sólo hablo de mis no zapatillas.

Otras, en compensación, parezco la misma persona cuya alma abandoné hace unas semanas, metida en su mismo cuerpo, pero en otra habitación.

Definitivamente, esto de ser bipolar a tiempo parcial es una ventaja. Al menos si lo comparamos con la otra opción, que sólo tenía un polo. Y no de limón.

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