martes, 11 de enero de 2011

Butterflies&Hurricanes.

Me tomo el doble de medicación de la que me manda el médico. Esta frase tan contundente hace aguas cuando digo que no creo que me pueda morir por ello.

He sobrevivido a un matrimonio, a una hija problemática y alcohólica, a una dosis de miedo brutal desde hace más de dos años cada mañana.

Hay cosas que no deberían haber sido inventadas. Cosas como el amor. Porque quien lo conoce, o cree conocerlo, es feliz. Esporádicamente feliz, al menos.

Yo no lo he conocido. No he querido a nadie nunca. Sólo quiero saber mentir lo suficiente como para que el resto del mundo no se compadezca demasiado de mí.

Pero las pastillas no matan. La soledad no mata. El odio no mata. Nada mata. Sólo nos queda morir.

Moriré abrazando tu foto. Porque yo no te quiero. Porque no te puedo querer. Si pudiera lo haría, pero nunca hemos dejado que eso ocurra. Sientes terror al pensar que puedas cambiar la vida de alguien si no es para peor.

Debajo de mi almohada, como desde hace tres años, dos meses, y ocho días, descansa la carta de despedida en la que me dijiste que lo sentías, pero que vivir del aire resultaba menos complicado que vivir de mí.

No hay comentarios: