miércoles, 2 de marzo de 2011

Cornerstone. Vol. 4

Lo había hecho todo al revés. Dormir por la mañana, soñar despierta, hablar sola. Incluso comía el postre antes que el primer plato, por si alguien llamaba antes de que le diera tiempo a comérselo por una mala noticia.

Se había acostumbrado a fregar los platos cuando ya no quedaba ninguno limpio y a esperar sentada a que el teléfono sonora. Pero como no lo hacía, preparaba café para una sola taza, lo repartía en dos diferentes, y se dedicaba a contemplar la silla vacía enfrente de ella. Un par de cucharadas colmadas de azúcar para ella, una para la nada que sentaba en forma de ilusión masculina todas las tardes a su lado.

Algunos lo definirían como demencia, pero para ella era un intento de sobrevivir, de sobrevivirse a sí misma, otra vez.

Su nombre era el complemento directo de dos de cada tres frases que pensaba.

Mañana por la mañana, haría el amor con cualquier semidesconocido que tuviera en su agenda telefónica, y después de despacharle de forma sutil y delicada, iría a la despensa a buscar los únicos dos cuenquitos de la vajilla que no estampó contra la pared el día que comenzó a olvidar el tacto de aquellas manos en su nuca.

2 comentarios:

Desastre Inusual Ideal dijo...

Y dice de mí, yo no sé si te quedará hoy vajilla que estampar contra la pared, pero desde luego lágrimas no te quedan.

Te quiero tanto, que si me lloras por teléfono una sola vez más ire a La Cuenca a hacerte el amor.

PD: agoacc

ewa ewa! dijo...

Sí.
Como te he dicho me acabas de matar, sí.
"Lo había hecho todo al revés. Dormir por la mañana, soñar despierta, hablar sola."
Buah.
Y lo de sobrevivirse a sí misma ya ni te cuento. JOOOOOODER, Turner *.* T__T