martes, 17 de mayo de 2011

Aunque nadie pueda verlos.

Cierro los ojos y puedo ver las líneas de tu mano talladas en mi espalda. Por eso, cada vez me gusta menos meterme en la cama y tenerme que dormir.

Cuando era pequeña habría odiado convertirme en todo lo que ahora soy, pero también en todo lo que jamás he sido. Nadie con cinco años escribe poemas de amor. Ni falta que hace.

Con el tiempo comprendí que ni mañana sería otro día, ni ayer fue lo suficientemente bueno como para volver atrás en el tiempo.

Imaginar lo que quiero, querer lo que quiero, creer que te quiero, y cantar a gritos esa canción se convirtieron en mis principales aficiones hasta que me cansé de repetir la misma frase y le cambié toda la letra.

La música seguía sonando bien, pero siempre me parece más bonito decir tu nombre que el mío, cuando se trata de interpretar.

1 comentario:

bubiinga dijo...

Con el tiempo comprendí que ni mañana sería otro día, ni ayer fue lo suficientemente bueno como para volver atrás en el tiempo.

Que buena descripción para tiempos de angustia.
*.*