viernes, 14 de enero de 2011

Answers.

Se fumó el último cigarro mirando a esa maldita luna envenenada que se reía de ella como cada noche desde hacía tantas. Tenía miedo de meterse en la cama, por si se dormía y soñaba.

Esta vez ni siquiera podía gritarle a la cara porque la niebla cubría de blanco cada rincón de la ciudad, empapando de humedad, o lo que otros llaman lágrimas, sus ojos, su escote, su pelo, su garganta y sus pulmones.

La sensación era tan extraña y tan igual a la de siempre, que consiguió no sentir nada por espacio de cinco minutos. Después, todo volvió a la normalidad, a la profunda tristeza de siempre en cada uno de sus huesos, de sus versos, de sus besos.

Habría pensado que estaba ardiendo por dentro si no fuera porque lo más cálido que sentía era su aliento en la nuca. Como cada noche desde hacía tantas.

Debía ser completamente imbécil, pensó mientras caía, porque en vez de escapar de allí por la puerta, saltó por la ventana.

1 comentario:

ewa ewa! dijo...

"Tenía miedo de meterse en la cama, por si se dormía y soñaba"

Esto lo que pasa cuando te dicen algo así, eso que no eres capaz de decir, y tienes que oirlo en alguna parte para admitírtelo. Esto es lo que pasa. Que te odio por decir eso. O te quiero, no lo sé. Bueno, si lo sé.