La última vez que jugaron entre las sábanas la luz de Luna buscaba estaño para soldarlos.
Les habría dado igual dormir en el suelo y sin colchón. Incluso les habría dado igual no volver a dormir nunca más.
Abrieron el champán. Eran incapaces de darse la vuelta, porque preferían clavarse cada uno de los muelles de aquel colchón viejo y húmedo que perderse un segundo el parpadeo del otro.
Que no dejan que les quieran, sólo quieren que los abracen.
Y que se cubran bien de ropa, porque el doctor les recomienda que no se quiten el abrigo.
Tienen que esperar al cuarenta de mayo.
2 comentarios:
Jopé.
Maldita canción.
Y maldita tuuuuú.
Justo ahora la estaba escuchando.
Maldito sábado
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Nada más que decir.
Foto y texto.
-dedgente-
(se me ocurren muchas cosas con esta verifipalabra)
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