viernes, 3 de diciembre de 2010

Iniciales.

Se asoma por debajo de la mesa y ve manchas de ideas en el suelo, revoloteando con las pelusas en espiral.

Levanta la cabeza, mira hacia la ventana y sólo consigue ver los restos del humo del tubo de escape de la moto que, como cada tarde desde hace tantas, aparca frente a su puerta a esperar que aparezca ella.

La escena se repetía en sueños por las noches, pero echaba de menos el tacto de sus dedos palpitando y haciendo que se le erizara la piel.

No habían llegado a cruzar una palabra. ¿Quién necesita palabras teniendo ‘heroína’?

Eran mucho más de lo que necesitaban para el otro. Y eso, no siempre estaba bien.

1 comentario:

ewa ewa! dijo...

A veces sobran las palabras. Es genial cuando consigues que sobren las palabras...

Turnercita, la última entrada de mi blog, te va a gustar :)
La canción de amor más buniiiita (como me dijiste la otra noche, cuando nos la pusieron en el Charro), pero no tan bunita como tú.