martes, 7 de diciembre de 2010

Vértigo.

La gente llevaba botas, abrigo largo, gorro, bufanda y guantes de piel. Porque cuando hace frío, amigo mío, te abrigas.
Sin embargo, parecen olvidar su coherencia existencial cuando dicen que al mal tiempo buena cara.

Llega un momento en el que no echas nada de menos, o no sabes qué es lo que de verdad añoras. Suele coincidir con el instante fatídico donde descubres que da lo mismo hablar que estar callado.

Te ríes más que sonríes, abrazado a tu jarra de cerveza rebosante de espuma y burbujas que ascienden queriendo escapar del recipiente como las ideas de tu cerebro.

Y no puedes hacer otra cosa que lamentarte, porque sabes que la estás cagando (perdonen la osadía) y el temor a rectificar es casi equivalente al de hacer como si nada.

No he hecho nada en mi vida de lo que pueda estar verdaderamente arrepentida. Menudo putadón.

3 comentarios:

Desilusionista dijo...

Pues yo no sé qué decirte: claro que prefiero arrepentirme de haber hecho algo que no haberlo hecho. Pero no sé si en realidad prefiero no arrepentirme de nada en ningún momento.

ewa ewa! dijo...

Pues a mí me encata(s) cuando te ríes, pero es mucho mejor cuando sonríes, sí.
Y que acabaremos con el mal tiempo pequeña, que el mal tiempo es como todo, se acaba, y mientras tanto, nos inventamos mil paraguas o nos mojamos debajo del agua, como tú prefieras. Nos mojaremos, nos empaparemos en cafés del Birdland y en chupitos de tequila del Charro Pop hasta que llegue el día en que los problemas y las preocupaciones de adolescentes subnormalesque que ahora te resbalan en comparación a todo lo demás, sean las tragedias más grandes que te atormeten.
Mientras tanto, si quieres lloramos, o reímos, o nos abrazamos, lo que quieras.

Rebeca Serrada Pariente dijo...

Y entonces es cuando te das cuenta que no basta con abrigarse con bufandas, porque el frío ya te ha llegado tan adentro que sólo te queda arrojarte a los brazos de un buen chupito de tequila :)